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Rectores para recordar

La Universidad Nacional de Córdoba celebra sus 400 años y elige nuevo rector. La circunstancia es propicia para recordar algunos de los rectores que tuvo a lo largo de su historia. Elegimos cuatro de ellos, quienes desempeñaron el cargo en distintas épocas.

Gregorio Funes (1808-1809) Nació en Córdoba, en 1749. Estudió en el colegio Nuestra Señora de Monserrat hasta que decidió tomar los hábitos. Recibió las borlas de Doctor en Teología en la Universidad de Córdoba y, más tarde, de Doctor en Derecho Civil en la Universidad de Alcalá de Henares (España). En 1804 fue designado Deán de la catedral de Córdoba, Gobernador Eclesiástico y Vicario General del Obispado de Córdoba.

Candidato natural a ocupar el sillón obispal, fue reiteradamente relegado hasta que, en 1808, se lo compensó con el rectorado de la entonces Real Universidad de San Carlos, administrada por el clero secular.

Con casi dos siglos de existencia a cuestas, la institución mantenía la rígida estructura escolástica de los comienzos. Era necesario aggiornarla, ponerla a tono con los tiempos, todo un desafío que Funes, erudito conocedor de las nuevas tendencias del pensamiento universal, resolvió exitosamente, renovando métodos y contenidos e introduciendo disciplinas como geografía, música y francés, consideradas hasta entonces poco menos que heréticas. Tal fue el tono progresista de la reforma funista a la que Sarmiento le dedicó un extenso comentario en Recuerdos de Provincia, valorándola como  "una saludable revolución cultural".

Además de sus actividades académicas y eclesiásticas, Gregorio Funes hacía política,: junto a su hermano Ambrosio, comandaba una corriente que daba dolores de cabeza al oficialismo, el llamado partido sobremontista, con el que libraba una dura puja de poder.

En 1810, adhirió tempranamente a los postulados de la Revolución de Mayo y fue el principal referente del movimiento que depuso al virrey hasta que fue designado diputado y se trasladó a la metrópoli, donde permaneció ejerciendo distintas funciones hasta el fin de sus días.

Murió en Buenos Aires el 10 de enero de 1829, a los 79 años de edad.

Manuel Lucero (1874-1878) Nació en los pagos de San Javier, en 1814. Monserratense, se recibió de abogado en la Universidad Nacional de Córdoba. Fue docente de esa casa hasta 1840, año en que emigró a Chile tras la debacle unitaria de Juan Lavalle. Durante los años siguientes, alternó entre Jujuy y Bolivia y Perú, donde iba a parar cuando la política lo ponía en aprietos.

Regresó a Córdoba tras la batalla de Caseros; allí participó de la revolución que derrocó a Manuel López y colocó en la gobernación a Alejo Carmen Guzmán, de quien fue activo colaborador.

Planteado el conflicto entre Buenos Aires y las demás provincias, tomó partido por la Confederación Argentina, desempeñándose como diputado por Córdoba en el congreso de Paraná, capital de la confederación urquicista. Orador de largo aliento, fue autor de la célebre Ley de Derechos Diferenciales, que impugnaba el manejo excluyente de la Aduana, sostén de la hegemonía porteña.

Tras la derrota de Pavón permaneció fuera de la provincia, regresando a Córdoba en 1870, donde ejerció como diputado y senador provincial, sucesivamente.

Fue designado rector en 1874. En La Docta, la educación seguía bajo la mirada vigilante de la Iglesia, que desconfiaba por igual de liberales y masones. El desafío era, entonces, timonear una universidad capaz de acompañar el signo de los tiempos, aportando a la construcción de una sociedad libre en un país que se abría a la modernidad. La ola cientista había llegado de la mano del impetuoso Sarmiento, quien, siendo presidente, trajo a Córdoba la Academia Nacional de Ciencias y el Observatorio Astronómico y alentó el desembarco de una pléyade de científicos y sabios europeos que apuntalaron la enseñanza universitaria en los años siguientes.

Manuel Lucero falleció en el mes de septiembre de 1878, a la edad de 63 años.

Jorge Orgaz (1958-1964) Nació en Córdoba en 1899. Socialista de la primera hora, adhirió al ideario reformista proclamado en 1918. Fue estudiante aventajado y presidente de la Federación Universitaria de Córdoba (FUC). Se graduó de médico en la Universidad Nacional; fue profesor titular de las cátedras de Clínica Médica y Patología Médica, interrumpiéndose su labor docente durante el gobierno peronista.

Médico eminente, en la década del '50 formó parte del grupo de profesionales que fundó el Hospital Privado en la ciudad de Córdoba. Más tarde, retomó la actividad docente y, merced al prestigio ganado en el ámbito académico, fue elegido rector de la universidad.

Le tocó gobernar la casa de estudios en un contexto difícil, apenas pasada la Revolución Libertadora y en medio de la resistencia peronista y el plan CONINTES; en un ámbito convulsionado por la puja entre educación "libre o laica", que dividió las aguas universitarias.

El mayor desafío fue mantener incólume la autonomía universitaria y los consejos tripartitos en medio de las vicisitudes propias de ese tiempo turbulento y de gran inestabilidad política, y, a la vez, insuflar una visión progresista y moderna a una institución que no terminaba de sacudirse las rémoras del pasado.

Tolerante y severo a la vez en todos sus actos; adoptó la ética como regla de conducta, logrando que la universidad no se convirtiera en una isla. Hubo en ese tiempo una intensa actividad del estudiantado, representado en su mayoría por el Movimiento Reformista y el Integralismo, de cuño social cristiano.

Orgaz fue reelecto en 1961 y renunció poco tiempo antes de que se venciera su segundo mandato por disidencias con el sector más conservador que aún anidaba en la universidad.

Falleció en Córdoba el 16 de junio de 1987, a la edad de 87 años.

Luis Armando Rébora  (1986-1989) Nació en 1919. Se graduó de arquitecto en la Universidad Nacional de Rosario. En Córdoba, fue docente de la Facultad de Arquitectura y Diseño, que le confirió el título de Profesor Emérito. Además de su labor académica, participó activamente de la vida universitaria; siendo decano de su facultad entre 1960 y 1964. Expulsado en 1966 tras el golpe de Estado de Onganía, retomó la cátedra en 1973  En 1976 fue nuevamente separado por los militares del Proceso.

En 1984 presidió la Delegación Córdoba de la Comisión Nacional de Desaparición de Personas (CONADEP), que reunió a destacadas figuras del quehacer académico, religioso y político cordobés. La Delegación elaboró el esclarecedor informe Córdoba 1976-1983: Nunca Más, donde constan los crímenes de lesa humanidad cometidos durante el período de terrorismo de Estado.

Fue el primer rector de la democracia recuperada. Tras el período de normalización, que llevó más de dos años, la Asamblea Universitaria lo designó en el cargo que asumió el 23 de abril de 1986. El desafío era trasladar la apertura democrática al seno de una institución fuertemente vulnerada por la última dictadura militar.

Durante su gestión al frente del rectorado, a más de las acciones propiamente académicas que elevaron el nivel de la enseñanza, se privilegió la democratización y restauración de los mecanismos institucionales de  participación y reprsentación de los diferentes actores universitarios; se incorporó el estamento No docente, se reabrió el comedor universitario y se puso en marcha el programa de becas estudiantiles.

Después que dejó el rectorado, prosiguió su lucha a favor de los derechos humanos, convertido ya en un referente social de gran prestigio. En 1994 fue Convencional Constituyente, su último cargo público.

Luis Rébora falleció el 3 de septiembre de 2010 a la edad de 91 años.

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